miércoles, 26 de agosto de 2009

¡Prestar o no prestar, he ahí el dilema!

Yo nací en Trujillo, en la región andina de Venezuela. Viví en esa ciudad por 17 años y luego me mudé a Mérida, otra ciudad andina, donde he vivido por cuatro años. En esta ciudad he notado un fenómeno muy curioso, y es que la gente de acá o la gente de las zonas aledañas usan el verbo prestar de una manera muy curiosa, dicen cosas como ‘tengo que prestar un libro en la biblioteca’. ¡Ya va! ¿Tú le vas a dar el libro a la biblioteca o vas para la biblioteca a que te den un libro a ti? Para mí es muy interesante, porque de donde yo vengo nunca se usa así, en Trujillo, quien presta es quien da el objeto, no quien lo recibe.
Para todos aquellos que tienen la duda, aquí les dejo la explicación que da la Real Academia de la Lengua Española sobre esta confusión, a mí me dijo todo lo que tenía que saber, y créanme que cuando llegue a Mérida luego de mis vacaciones voy a imprimir muchas copias de esta respuesta de la RAE y las voy a pegar por toda la ciudad, para que la gente salga de la duda, o si nunca la tuvieron, por lo menos para que sepan algo más de nuestro idioma.
prestar. Entre sus significados transitivos está el de ‘entregar [algo] a alguien para que lo utilice temporalmente y después lo restituya’: «El que tenía el pie más pequeño [...] me prestó sus botas para que saliera» (Orúe/Gutiérrez Fútbol [Esp. 2001]). El sujeto de prestar es la persona que entrega lo prestado, no la que lo recibe, de ahí que sean incorrectos ejemplos como el que sigue, en el que prestar se emplea erróneamente con el sentido de ‘pedir o tomar prestado’: «Aparte del apoyo de la familia, nos vemos obligados a prestar dinero por varios lados o a pedir pequeños adelantos para ir cubriendo las necesidades básicas» (Prensa [Guat.] 18.1.97).

http://buscon.rae.es/dpdI/SrvltConsulta?lema=prestar




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