domingo, 26 de abril de 2009

...Y en el 200 aniversario de la publicación de 'Las afinidades electivas'...

Basta amar a una sola criatura desde lo más hondo para que todas las demás parezcan dignas de cariño

Fue esta la frase que dijo Eduard a su esposa Charlotte cuando ésta le comentaba sobre su nueva actitud para con las cosas que usualmente solía reprochar, porque ahora Eduard estaba verdadermente enamorado, y estaba dispuesto a todo por ese amor, hasta anteponer la felicidad y comodidad de su amada a sí mismo. Y es que 'Las afinidades electivas' es una novela sobre el amor, aquel amor real con el que se fundaron las bases del realismo, por allá por el año 1809, hace justamente doscientos años.
Johann Wolfgang von Goethe escribió esta novela a sus sesenta y tantos años, luego de 'Las desventuras del joven Werther' y la primera parte del inmortal 'Fausto', y esta novela no pudo llegar en mejor momento para la literatura alemána y europea, no sólo por su trama innovadora y sus situaciones inpensables para la época (¿Quién iba a aceptar, en la primera parte del siglo XIX, que dos personas que ya se habían separado de sus previos amantes para unirse en sagrado matrimonio, se fuesen a divorciar de sí mismos?), sino por haber sido el punto de partida para el realismo imponente de mediados de siglo, dominado por Dickens, Thackeray y Trollup.
En 'Las afinidades electivas' Eduard y Charlotte,una pareja burguesa que se había casado luego de la muerte de los primeros compañeros de ambos, reciben en su casa al capitán, un viejo amigo de Eduard, y a Ottilie, la joven sobrina de Charlotte que no se acopla al estilo de vida de las jovenes de sociedad; lo que sucede es que los primeros elementos se separan para unirse cada uno a uno de los nuevos, con el que tenga más afinidad; así Eduard y Ottilie comienzan una historia de amor no consumada, Charlotte y el capitán hacen lo propio. Por diversas situaciones trágicas y un poco ilógicas los cuatro amantes ven sus sueños de amor rotos en mil pedazos, se deben alejar sólo para darse cuenta que no son lo mismo si no estan juntos; luego, cuando finalmente parece que las cosas pudiesen mejorar para ambas parejas y finalmente vivir su amor plenamente, la muerte se interpone entre ellos, cerrando toda posibilidad de ser feliz con el ser amado. Sin embrgo esta muerte guiará el resto de sus vidas y posiblemente cuando éstas hayan terminado. si Eduard y Ottilie no podrán jamás estar juntos en vida, entierrenlos juntos, tal vez así será posible que ambos puedan disfrutar su amor en el más allá.

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