jueves, 8 de octubre de 2009

Textos 'originales' vs. textos traducidos 2

Por allá en junio o julio de 2008 publiqué una entrada en este blog sobre mis impresiones y mis opiniones en esos días con respecto a las obras literarias traducidas, y de cómo me sentía al leer un texto que no estaba escrito en su idioma original. Eso se quedó por allá en el 2008. Desde ese día seguí refleccionando las razones por las cuales lo hacía, pero nunca llegué a nada concreto. para mí, leer traducciones era muy inferior a leer 'originales'.
Estamos en el año 2009. Entiendo por qué mi inquietud con respecto a esta situación, pero ya logre resolver el dilema. Demos gracias a mi profesor de traducció literaria, Edgar Moros.
Definitivamente leer un texto traducido no es lo mismo que leer un texto original, no tiene nada que ver una cosa con la otra, pero ya me es imposible decir que una traducción es inferior a un texto original. Digamos que, desde el punto de vista del estudiante de idiomas, leer un texto en el idioma en que fue escrito es mucho más útil que leer una traducción, primero porque ayuda a enriquecer el vocabulario, segundo porque ayuda a entender estructuras propias del idioma que, muy posiblemente, no son iguales que en idioma madre del lector, tercero porque son una fuente riquisima de expresiones idiomáticas...podría nominar tres mil razones aquí, y todavía me faltarían tantas más. Desde el punto de vista del estudiante de traducción leer un texto traducido es tan útil como leer un texto en su idioma 'original', y a veces más. Aquí comienza mi verdadera enumeración:

- Hay que dejar atrás esa concepción del 'traductor invisible' cuando se habla de traducción literaria, es decir, el traductor tiene tanta autoridad sobre su traducción como el escritor sobre su texto; de hecho, el traductor debe ser considerado como autor también. Demos al mundo a Gregory Rabasa, él tradujo 'Cien años de soledad' al inglés, y su traducción fue la que leyeron los miembros del jurado del premio Nobel cuando le entregaron el reconocimiento a García Márquez. Debemos ser sinceros, sin la traduccion al inglés de esta obra, García Márquez no sería conocido más allá de Colombia, a lo mejor sería medio conocido en algunos países de Latinoamérica, pero no más allá. Entonces ¿Dónde queda el traductor invisible? No existe, un traductor invisible no existe; el traductor literario siempre dejará huellas de sus experiencias, sus ideologías, sus conocimientos en su trabajo, y eso hace que la traducción se diferencia del 'original'.
-El traductor no traduce un texto, traduce la interpretación que le da a un texto. Yo como traductor leo 'The Happy Prince' de Oscar Wilde e interpreto una cosa, eso que yo interpreté es lo que voy a traducir. A lo mejor otro traductor interpretará algo distinto, por ende su traducción será distinta a la mia. Hay tantas interpretaciones de un mismo texto como cabezas en el mundo, y cada cabeza puede darle dos o tres interpretaciones, cuando no veinte o treinta, así que saquen ustedes sus propias cuentas.
-No se puede hablar de una sola traducción de un texto, es decir, no hay una traducción estandarizada, esto porque nunca se sabrá a ciencia cierta lo que el autor quizo decir con su novela, cuento, obra teatral... no importa si lo tenemos a un lado, nunca entenderemos el cien por ciento de lo que quizo decir un autor. A veces ni siquiera el autor puede decirlo al cien por ciento, y si a caso el autor expone exactamente que fue lo que quizo decir, siempre habrá alguien que cuentione eso, y con toda razón. Podríamos decir que nadie tiene la verdad absoluta, y como nadie tiene la verdad absoluta, la cabida a interpretaciones en búsqueda de la verdad absoluta es inmesurable. Incluso esto que estoy escribiendo es debatible y cuestionable, a cada quien decidir hasta que punto y justificar por qué, lo que también sería debatible y cuestionable.
-No se puede hablar de un 'texto original' no existe tal cosa, ya que un autor toma sus influencias de lo que ha vivido, lo que ha experimentado, lo que ha leído y escuchado. Todo es una cadena de influencias porque nada es auténtico. Como no existe un texto original, no existe una traducción original, única, como ya dije antes. También lo que el traductor ha vivido, experimentado, leído y escuchado influirá sobremanera en su producción. Por ejemplo, 'Alice in Wonderland' de Lewis Carroll será seguramente interpretado de manera distinta por un traductor conservador puritano, por un progresista adicto al LSD, por un hombre en México, por una mujer en Costa Rica, por un misionero católico, por un traductor novato o una traductora que puede recitar 'La divina comedia' de memoria. Hay van siete posibilidades de traducción del mismo texto, todas validas desde sus diferentes perspectivas. Del mismo modo, 'Alice in Wonderland' fuese una novela totalmente distinta si la hubiese escrito Robert Stevenson, Charlotte Brönte o James Joyce, porque todos ellos tuvieron experiencias el polo norte y sur de distintas.

Estas son sólo algunas de las razones por las que un texto traducido será siempre distinto del texto 'original' (no inferior, o superior, distinto) y vale la pena leer ambos, o leer original y cuantas traducciones se pueda, inclusive traducciones a otros idiomas que no sean nuestra lengua madre. Esta comparasión será el mundo de útil para un traductor literario, poder cotejar original y traducciones nos ayuda a hacernos una idea crítica de las soluciones que se le pueden dar a una misma frase de un texto, lo que nos ayuda a resolver problemas traductológicos y a la toma de decisiones. La cuestión de leer original o traducción por puro placer depende de cada individuo, yo recomiendo ambas.

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